RESUMEN

El reciente brote de la nueva enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha tenido un impacto negativo en la asistencia de los donantes y en el suministro de sangre. El monitoreo cercano de las necesidades de sangre, el suministro y la respuesta adecuada son esenciales para evitar la escasez repentina de sangre. La planificación de la contingencia, incluye políticas de priorización para pacientes en caso de la escasez prevista y una gama de estrategias para mantener el acceso equitativo y continuo a la sangre para transfusiones durante la pandemia. La inmunoterapia pasiva con plasma podría ser una opción prometedora en el tratamiento de infecciones por SARS-CoV-2. En esta publicación se revisa sistemáticamente la cadena de transfusión, y se brinda una orientación para encontrar formas eficientes de gestionar el suministro y la demanda de sangre durante las diferentes fases de la pandemia de COVID-19 y otras emergencias públicas similares en el futuro.

SUMMARY

The recent outbreack of the novel coronavirus disease 2019 (COVID) has had a negative impact on donor assistance and blood supply. Close monitoring of blood needs, supply and proper response are essential to avoid sudden blood shortages. Contingency planning includes prioritization policies for patients in the event of the anticitpated shortages and a range of strategies to maintain equitable and continuous access to bood for transfusions during the pandemic. Passive plasma immunotherapy could be a promising option in the treatment of SAR-CoV-2 infections. This publication systematically reviews the transfusion chain, and provides guidance for finding efficient ways to manage blood supply and demand during different phases of the COVID-19 pandemic and other similar public emergencies in the future.

Keywords: SARS-CoV-2, COVID-19, Coronavirus, blood banks, transfusion services, covalescent plasma, pathogen reduction.

INTRODUCCIÓN

El 31 de enero de 2020, la OMS anunció el brote de COVID-19 como una emergencia de salud pública de preocupación internacional; desde entonces se ha convertido en una pandemia, creando una alteración importante en todos los niveles de prestación de la asistencia sanitaria. Hasta el 30 de agosto, se habían documentado 24.997.328 casos en todo el mundo, y 842.522 pacientes habían muerto debido a la pandemia de COVID-19 según los números actualizados diariamente por la OMS. A pesar de los años de planificación para combatir una futura pandemia, incluida la atención médica y las operaciones comunitarias, las naciones no han logrado contener el virus emergente, como se ve en el rápido aumento de los casos y el número de muertos.

LA DONACIÓN DE SANGRE

Esta pandemia ha tenido un profundo efecto en los servicios de salud, incluida la donación de sangre (DS) y el suministro de sangre. La caída en el suministro de sangre puede explicarse por la reducción en los donantes que asisten a los bancos de sangre (BS), aun a las citas programadas, debido a su temor a la exposición al SARS-CoV-21; y a la cancelación de muchas jornadas de sangre móviles, debido al cierre en el sistema educativo y el sector empresarial. La razón clave de la disminución de las reservas de sangre es la incertidumbre, el miedo y la histeria entre la población, sumado a la restricción de movilidad por el confinamiento.2 En la medida que avance la pandemia se prevé que pueda haber compromiso del inventario también por las exclusiones de donaciones, debido a la precaución para reducir el riesgo de trasmisión por transfusión. De igual manera en tiempos precarios, cuando las personas sufren de extremas necesidades, junto con la disminución de las finanzas y las interacciones sociales restringidas, no es sorprendente que pasen por alto la necesidad de donar sangre que ayuda a salvar la vida de quienes dependen de ella.

SATISFACCIÓN DE LA DEMANDA DE SANGRE

La planificación adecuada del manejo del suministro de sangre es esencial durante las pandemias por la necesidad continua de sangre para mantener los servicios de atención de emergencia y urgencia y para los pacientes que padecen cáncer o trastornos hematológicos de diversas causas. Afortunadamente, ha habido una reducción en la demanda de sangre por la disminución de los ingresos hospitalarios, disminución del número de lesiones traumáticas debido al encierro y el distanciamiento social, las cirugías electivas pospuestas y el destino de las reservas de sangre solo para salvar vidas. Los inventarios de sangre se han mantenido mediante la respuesta a la comunicación con los donantes voluntarios regulares a través de sus redes sociales privadas, la organización de jornadas móviles de DS en los hogares de los donantes y la seguridad brindada mediante la aplicación de todas las precauciones de seguridad para COVID-19. De igual manera, cualquier necesidad urgente de sangre se resuelve mediante el apoyo de los BS locales o de la región. La situación es extremadamente grave en áreas remotas que dependen de las metrópolis que les envían componentes sanguíneos en su totalidad o en parte, debido a la limitación de los vuelos.

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